Aquello que nos generó dolor durante la infancia, lo cargamos a lo largo de nuestra vida y, sin darnos cuenta, permitimos que defina nuestras relaciones.

La repetición de patrones, la codependencia, la violencia en todas sus formas, son algunos ejemplos de cómo esas heridas sin sanar siguen definiendo nuestra vida.

Los dolores sí se pueden transformar en sabiduría, llevando a ese niño interno a convertirse en un adulto a cargo de sus emociones, decisiones y conductas, para comenzar a elegir la manera en que desea vivir su vida.

• Atraes el mismo tipo de pareja una y otra vez.
• Tienes y mantienes relaciones tóxicas.
• Todavía te duelen tus padres.
• Estás aburrid@ de repetir el mismo patrón.
• Te persiguen los dolores de la infancia (abandono, rechazo, humillación, etc.)

• Desconoces cómo amar a tu niñ@ interior.
• Sufres de un constante miedo al abandono o al rechazo.
• Estás siempre esperando que el otro cambie para al fin ser feliz.
• Sigues buscando al (o la) “indicad@”.
• Alejas a tu pareja y/o a tus seres queridos.
• Saboteas tus relaciones frecuentemente.

Ejercicios Prácticos

Te comparto ejercicios para reflexionar y transformarte.

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