Desde que nacemos, hay un proceso donde los
hijos nacemos dependientes y poco a poco nos
vamos separando de nuestros padres. Si ellos
impiden esta separación natural a través de la
sobreprotección y la obediencia, generan una
relación codependiente en la que los hijos cargan
con culpas y obligaciones. Se convierten en hijos
que “le deben” a sus padres “la vida”.
Es muy delicado todo lo que surge de la familia
de origen, pues sin darnos cuenta, nos llevamos
algo de nuestros padres a cada relación.
Buscamos obtener de la pareja, eso que nos hizo
falta que nuestros cuidadores nos dieran.
Reflexionemos sobre todas aquellas decisiones y
conductas de los padres, que nos destruyen.
Desde la obediencia, lealtades, hasta el abuso,
profundizaremos diversos temas que nos
ayudarán a disolver esas cargas que intoxican la
relación con nuestros progenitores.