¿Y si te despides de tu yo codependiente?
Dec 04, 2025Si llegaste hasta aquí, probablemente hay algo en tu vida
que está pidiendo atención.
Un susurro suave, casi invisible,
que ya está marcando lo que viene.
Muchas personas que han vivido desde la codependencia
reconocen un punto en común:
hubo una etapa en la que intentaban sostenerlo todo.
Cargaban historias ajenas,
confundían amor con sacrificio
y entregaban su energía para “salvar” a otros,
aunque nadie se los hubiera pedido realmente.
Cuando empezamos a mirar esto de frente,
algo cambia por dentro.
Aparece una luz distinta:
esa que llega cuando dejamos de vivir para agradar
y empezamos a existir para honrar lo que deseamos.
A veces el cambio comienza con algo más que una gran decisión,
comienza con un gesto pequeño:
respirar antes de responder,
guardar silencio antes de rescatar,
esperar a que la vida de la otra persona
se ordene con su propio esfuerzo.
Ese tipo de gesto lo cambia todo.
En esa pausa se abre una verdad importante:
el bienestar propio nunca puede depender
del caos o la calma de alguien más.
Desde ahí, comienza una despedida silenciosa:
una despedida de la urgencia,
de la culpa
y de la idea de que es nuestra obligación
sostener lo que dejó de sostenerse.
Algo nuevo empieza a nacer.
Cuando alguien comienza a soltar la codependencia,
se nota en su forma de caminar el mundo:
pone límites más claros,
dice “hasta aquí” con menos culpa,
acompaña sin cargarse a la otra persona,
ama sin desaparecer en la vida ajena,
escucha sin olvidarse de sí.
Los límites dejan de ser castigos
y se vuelven mapas de regreso a la paz interior.
Y quizá esto también resuene contigo:
dejar de elegir desde el miedo
y empezar a elegir desde el amor propio.
Desde la certeza de que nada te falta
cuando te eliges a ti.
Muchos testimonios coinciden en algo:
el mundo interno empieza a ordenarse
cuando dejamos de sentirnos responsables
de las decisiones, emociones
y consecuencias de las demás personas.
Para muchxs,
ese momento marca el verdadero inicio de su vida.
Y aquí está la parte más importante:
esta fuerza, esta claridad,
esta libertad de la que hablamos
es más que solo una imagen lejana del futuro.
Puede convertirse en tu presente.
El primer paso jamás debe ser perfecto o grande:
basta con que sea honesto y posible.
A partir de ahí, lo demás comienza, poco a poco,
a encontrar su lugar.
Con todo mi amor,
Nilda